El pasado martes 22 de marzo, sesionó el Consejo de Medellín acerca de la urgencia de crear una EPS pública o mixta, ante la posibilidad de que se retiren del régimen subsidiado y Medellín se quede sin EPS, pues eso causaría un caos a la administración.
Yo no salgo del asombro de que tengan tanto pánico, cuando deberían estar felices ¡Que se vayan las EPS de una vez por todas! ¿Acaso cuántos enfermos han curado los economistas o los administradores de empresa o los técnicos financieros? Ellos no aportan nada a la salud de los colombianos y su única hazaña (o astucia) ha sido hacernos creer que son imprescindibles para el funcionamiento del sistema, y que en cambio no hagamos el mismo escándalo (con pánico y caos incluido) ante el cierre de los hospitales.
Rápido olvidamos que antes de ley cien, los hospitales ya gestionaban y administraban los recursos de salud. Y el ciudadano se sentiría más asegurado con la EPS Hospital Pablo Tobón Uribe o San Vicente de Paúl o Clínica Medellín, Soma, etc. que entregarle el cuidado de su salud a las EPS Cafesalud, Emdisalud o Comfama…o cualquier asegurador –financiero- que venga.
En conclusión, las EPS harán lo mejor que podían hacer por la población medellinense: ¡irse!
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